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La Fundación Indortes

Se ha dicho que «una guerra no termina hasta que el último de sus caídos es recuperado y enterrado dignamente», y es con este espíritu con el que en el año 2015 se transforma una pequeña fundación, que llevaba el nombre de su hermano —Istolacio— y que fue creada en 1996 y desde entonces se mantenía activa, en la Fundación Indortes. Istolacio e Indortes son los dos primeros iberos caídos cuyos nombres conocemos, en lucha contra las legiones del Imperio romano.

Desde entonces y, como dicen sus estatutos, con el objetivo de «Fomentar la memoria, conservación, vigilancia y ornato de los cementerios y tumbas de combatientes españoles o bajo bandera de España, caídos en lucha, sin distinción de época, lugar, credo o ideología», la Fundación Indortes viene trabajando en diferente planos: desde la recuperación de cementerios militares, su rehabilitación y mantenimiento, a la búsqueda incansable de los combatientes españoles o bajo bandera española que aún permanecen olvidados en los campos de batalla o en cementerios perdidos o de ocasión, y hasta la divulgación de la cultura de defensa.

Un equipo humano excepcional, compuesto siempre por voluntarios sin remuneración ninguna, hace posible esta incansable y benemérita labor.

También, numerosas instituciones públicas y privadas, nacionales y extranjeras, colaboran con la prestación de sus infraestructuras y su apoyo administrativo. Señaladamente, los responsables de la DIAPER —Dirección de Asistencia al Personal del Ejército de Tierra—, el Ministerio de Defensa y las secciones consulares competentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Especial mención merecen la VDK —Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge e.V.—, entidad alemana de similares fines que nuestra Fundación, pero de unas magnitudes enormes, cuya colaboración estrecha es constante e imprescindible; y también las rusas Memoriales Militares y Dolina.

Finalmente, son parte esencial de este proyecto cuantos con sus aportaciones y donaciones —tanto particulares, como empresas e instituciones— nos permiten proseguir en este empeño.

A todos ellos, la Fundación Indortes quiere transmitir, desde estas líneas, su mayor agradecimiento, en la certeza de que están —estamos— trabajando por una gran causa, y con la convicción también de que todos ellos son necesarios e imprescindibles.

 

Salvador Fontenla Ballesta

Presidente